Como los perros y otros animales, los gatos pueden
proporcionarle una excelente terapia a pacientes hospitalizados, una residencia
e incluso jóvenes estudiantes. Estos animales les proporcionan alivio a
los afectados por estrés, depresión y otras enfermedades. Los gatos de terapia
constituyen una manera de interacción positiva en las vidas de las personas,
debido al vínculo humano-animal que se crea. Con una formación especial, un
gato sano y con una personalidad tranquila y tolerante puede convertirse en un
gato de la terapia según la Sociedad Delta, la organización nacional de terapias
con animales o zooterapia.
Para
lograrlo
·
Póngase
en contacto con alguna organización nacional o local de terapia con animales
para unírseles y aprender acerca de las clases y certificaciones que ofrecen.
Muchos de estos grupos, ofrecen un seguro de responsabilidad que cubre los
posibles daños ocasionados durante su visita a una instalación autorizada con
su gato. Llene la solicitud y page la cuota de inscripción, que puede variar
entre $ 20 y $ 150, dependiendo de la organización.
·
Lleve
su gato al veterinario para un chequeo general de salud y la actualización de
sus vacunas. Muchas de estas organizaciones requieren que su gato esté vacunado
contra la rabia y que pase un examen de salud veterinaria. El gato debe tener
resultado negativo para parásitos externos e internos, a través de un examen
visual y prueba fecal.
·
Tome
una clase de adiestramiento de mascotas, de esta manera podrá enseñarle a su
gato a comportarse y responder a la gente y los ruidos en una instalación de
tipo hospital. Muchas organizaciones ofrecen talleres que lo preparan a usted y
a su gato para calificar como mascota de terapia.
·
Usted
y su gato deben registrarse oficialmente como parte del equipo de terapia con
mascotas, con la organización de terapia a la que se han unido. La organización
contará con los evaluadores en su área,
para valorar la capacidad de su
gato para manejar situaciones nuevas y posiblemente estresantes antes de
aprobar su registro. Estas pruebas aseguran que su mascota no reaccione de
manera violenta o nerviosa cuando se enfrente a nuevas personas. El evaluador
también apreciará su capacidad de interactuar y controlar a su gato.
·
Póngase
en contacto con un hospital local, centro de atención a personas mayores o
escuela para ofrecerles sesiones de terapia de mascotas con su gato. Deje que
la persona a cargo de la instalación sepa que usted y su gato están registrados
bajo alguna organización nacional o local de terapias con animales. Los grupos
de terapia de mascotas suelen proporcionar remisiones a servicios locales en su
área, con los que trabajan, así que consulte con su organización para obtener
más información sobre cómo iniciar la terapia con animales en su área, con su
gato.
·
Visite
las instalaciones que haya elegido, y proporcione la terapia después de hacer
una cita con el administrador. Mantenga el gato con correa en todo momento,
llévelo entre las habitaciones y mantenga siempre la calma para tranquilizar a
su mascota durante sus sesiones con gente nueva.
·
Siempre
pregunte a la gente que visita si les gustaría pasar tiempo con un gato.
A
tener en cuenta…
·
Para
ayudar solamente a una instalación específica, póngase en contacto inicialmente
con su administrador, de esta manera, puedes unirte a un grupo específico de
esa institución en particular.
·
Póngase
en contacto con la instalación que va a visitar, si desea trabajar con
pacientes específicos para la terapia asistida por animales, como los que se
encuentran rehabilitándose después de una lesión. Su mascota puede necesitar
mayor capacitación para este trabajo, ya que esta actividad es específica a las
necesidades de un paciente en particular, en lugar de una visita general a
todos los pacientes de una comodidad.
·
Los
gatos que tienen tendencia a morder, arañar o ser asustadizos en torno a nuevas
personas no pueden ser adecuadas mascotas de terapia.
Nunca visite una instalación sin aprobación previa.
Nunca visite una instalación sin aprobación previa.
·
Mantenga
las uñas de su gato recortadas, para que no pueda arañar accidentalmente a un
paciente durante la visita.
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